Thursday, September 19, 2013

“Vivienderas” y su falta de liquidez
La industria de la vivienda enfrenta una compleja problemática financiera que desde el año pasado asecha a las principales desarrolladores del país.
URBI, Geo, HOMEX, Ara y Sare son las compañías desarrolladores de vivienda que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores por lo que sus números son públicos. De estas 5, Sare y Ara son las que cuentan con la menor cantidad de pasivos en su balance y por lo tanto son las que se han salvado de tener problemas de liquidez.

Las otras vivienderas, tienen enormes compromisos en el corto plazo con el sector privado y con el mercado, en donde incluso Geo cayó en impago de intereses de su certificado bursátil el pasado 26 de abril por un monto de 2.4 millones de pesos.

Haciendo un rápido análisis, en el primer trimestre del 2013 Geo reportó a la Bolsa Mexicana de Valores 371 millones de pesos en efectivo, cifra que contrasta con los compromisos por pagar en el corto plazo que ascienden a 9,166 millones de pesos. Casi imposible que se puedan cubrir, es por eso que la compañía que dirige Luis Orvañanos está en busca de un plan urgente de reestructura de deuda.

Pero a qué se debe que las empresas de este sector estén pasando por esta crisis de liquidez?

Habrá que remontarnos al sexenio de Vicente Fox, en donde la euforia de un cambio de gobierno y las falsas expectativas que generó el candidato, lograron que se creara una burbuja mediante un fuerte impulsó a la construcción de viviendas apoyada en sistemas de crédito de interés social de fácil acceso.
Todos estábamos de acuerdo que el sector estaba en crecimiento y necesitaba inversión, pero las proyecciones fallaron o el presidente no supo dividir el número de mexicanos en edad productiva entre las viviendas a requerir.

Aunado a esto, y lo que me parece más grave fue que ante la futura demanda "asegurada" de casas habitacionales, las compañías constructoras por ahorrarse algunos pesos decidieron comprar los terrenos para la construcción de éstas en las afueras de las ciudades, lo que al final del día resultó en que a nadie les interesarán.

Basta con recorrer las carreteras de las principales ciudades del país para ver como a las orillas existen un sin fin de casas que se están cayendo a pedazos porque nunca se utilizaron. Ahora esos terrenos no tienen ningún valor.
Durante el sexenio de Felipe Calderón el problema continuó, durante los años de su gobierno se premió a las casas verdes, incluso el usuario de INFONAVIT podía tomar un taller para tomar la mejor decisión de hipoteca verde. Esto retrasó aún más el dañado dinamismo del sector.

El actual gobierno fue el que lo remató, la Nueva Política de Vivienda tiene como su principal objetivo acercar a la gente a los centros urbanos mediante la construcción vertical y así poder cubrir la demanda que existe.

Inmediatamente después del anuncio del nuevo plan del gobierno federal, las acciones de las vivienderas prolongaron sus caídas hasta caer en sus mínimos históricos. En lo que va del 2013 el índice Habita en donde están reunidas las principales compañías desarrolladoras de viviendas ha perdido el 35% de valor. Al cierre del primer trimestre de este año, los pasivos totales de las compañías fueron:

HOMEX 37,422 MDP
URBI. 32,566 MDP
Geo. 29,473 MDP
Ara. 6,548 MDP
Sare. 2,945 MDP
 “Vivienderas” y su falta de liquidez
  “Vivienderas” y su falta de liquidez


El problema que tienen estas compañías es de liquidez y no de insolvencia, durante los últimos dos años su generación de flujo de efectivo ha sido mínimo, en cambio sus pasivos que vienen arrastrando desde que les prometieron millones de casas ha ido creciendo.

El problema de liquidez es tan grave que dos de ellas (URBI y GEO) ya buscan asesoría externa para lograr reestructurar su deuda, y la otra (HOMEX) vendió su única fuente segura de flujo de efectivo que tenía por 4,000 millones de pesos a Inbursa, operación en donde el 50% del monto solo fue para pagar pasivo que se tenía con la misma institución financiera.

Las calificadoras por su parte no se han cansado de rebajarle las calificaciones hasta estar en niveles catalogados como basura.

¿Pero que viene para el sector? ¿Concurso mercantil? simplemente sería la estocada final, en México no contamos aún con la infraestructura jurídica suficiente como para acostarse a esa ley, los tiempos de negociaciones serían muy extensos lo que afectaría aún más la liquidez. ¿Rescate del gobierno Federal? Descártenlo también, no habrá ayuda del gobierno federal lo dejó muy claro el secretario de Desarrollo Agrario, Territorial, y Urbano Jorge Carlos Ramirez Marín noticia que hundió más a las acciones.

Lo primero que deben hacer es concretar su plan de refinanciamiento otorgando sus reservas territoriales como garantías y así darle optimismo al sector regenerando el daño colateral que sufrieron las instituciones financieras que estuvieron expuestas.

La semana pasada en una reunión con uno de los socios de la empresa metalúrgica más importante de mi estado, me presumía de su sector y me comentaba que era momento de invertir en él, dejándonos de enfocar en los desgastados sectores de la construcción y la vivienda.
Mi respuesta fue que no, ya que en la actualidad tenemos buenas oportunidades para invertir en el sector. La construcción es el principal termómetro de la economía y si el país va bien como todos esperábamos serie éste el primero en sentirlo. Pero no hablo de las vivienderas, si bien hay inversionistas con apetito de riesgo que aprovecharían los precios bajos, ahora en el mercado tenemos una nueva forma versátil de estar dentro del sector, las FIBRAS.

Portafolios inmobiliarios de gran escala que nos hacen socios y partícipes de proyectos como hoteles, centros comerciales, parques industriales y próximamente hasta desarrollos agrícolas.

México seguirá creciendo sin duda, y vamos a demandar este tipo de activos. Si, el sector viviendero está en su peor momento, pero hay que sacarle la vuelta aprovechando las oportunidades que nos otorga el mercado para así obtener el mejor rendimiento de nuestro dinero. Ya después tendremos el capital suficiente para cómpranos la vivienda que queramos, bueno de seguro va a ser un departamento, ya que así lo quiere EPN.

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